Nos encaminamos al hotel del pueblo, donde ya hay gente empezando con la cerveza de las 2 de la tarde, me miran raro por pedir café solo con hielo, y digo "es que nos vamos ya". Caras de pena empiezan surgir, "¿ya, tan pronto?" "¡Si yo tiro para Madrid que son más horas y salgo mucho mas tarde!" "ya pero yo me vuelvo con los portugueses que son muy peligrosos, además que ha hecho buen tiempo y toda Sevilla ha ido a la playa y no quiero comerme el tercer carril". Conformes con la explicación, nos tomamos el cafelito, me entregan una caña de lomo que había encargado, que está muy buena por cierto. Y nos despedimos de todos, nos esperan para el siguiente puente, como muy tarde para el de la inmaculada. Dejamos muy buenos recuerdos y el sabor de nuevas amistades. Repasamos el equipaje, no nos falta nada.... ¿Nada?¡¡ Hasta ricitos se viene con nosotros!!
Con los nombres de todos los del grupo y de las dos petardas q no vinieron, pero que "L", "F", "S" y yo las hemos tenido presentes todo el viaje.
El retorno es más apacible de lo esperado, el corte de la ida va muy fluido a la vuelta, no hay camioneros guapos, pero por el bien de nuestras vidas, vamos cantando todo el camino para que yo no me duerma, paramos a echar gasolina, aprovechamos para comer unos bocatas y seguimos camino hasta Huelva. Nuestros progenitores nos reciben con alegría y no entienden de nuestra pena por habernos vuelto.
¡¡¡En diciembre repetimos!!!
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