Víspera de boda, hospitales, nuevas legislaciones de sanidad y otros
problemas, hacen de las novias, pequeños basiliscos a punto de estallar. Eso es
así y poco se puede hacer.
Ya solo quedan 20 días para el 29, 20 días para que esté exactamente a estas
horas 17:55 montada en el coche, dirigiéndome a la iglesia. Con familia y
amigos para vivir un día muy especial e importante... Pero eso no es tan fácil,
No es simplemente reunirse y disfrutar, es romperte el tarro para sentar gente
con gustos afines, que se conozcan y congenien.... Parece fácil, pero no lo es,
creedme. Fulano, no se habla con Mengano, Zutano quiere sentarse con
Perenganito, pero si no lo sientas cerca de Fulanito... ¡A la mierda! El bingo
en la recepción y que se siente donde la suerte les de y ¡que me dejen
tranquila!
Pero el suceso, que más de quicio me ha sacado, sucedió en al sede de la
Seguridad Social, de Huelva. Cuando fui a resolver mi situación sanitaria para
salir al Extranjero y resulta que no tenia cobertura sanitaria, ni siquiera en
España. Soy de esos parados de larga duración, mayores de 26 que se han quedado
fuera. La funcionaria me dice, hay dos posibilidades, darte de alta como parada
sin dinero (y pobre de solemnidad) ó darte de alta como beneficiaria de tu
marido. Y me dice la funcionaria: "¿Su futuro marido esta jubilado o aun
trabaja?" OO ¿Perdona? Perpleja pienso... No sé que me molesta más, que
piense que tengo la edad de casarme con un jubilado o que he hecho un
"braguetazo" con viejo (rico al menos)... Así que, por si acaso, ¡Y
tú puta!