domingo, 7 de octubre de 2012

día 4: 320...

Hoy madrugamos para evitar las colas. Sobre las 8:30, ya haciamos cola para subir a la cúpula, hay dos tarifas, una para los 520 escalones y otra para 320 y ascensor. Mi Truenecito quiere subir los 500... yo me niego. Subimos en el ascensor y vamos a parar a la barandilla interior de la cúpula, es preciosa, decorada con mosaicos. Observamos desde arriba una ceremonia de ordenación de sacerdotes (creo que se dice así).

Yo, como buena meona, ya ando juntando las rodillas. Pasamos junto al comienzo de escalones, mi truenecito me mira con carita de corderito y me dice que si salimos al baño, yo en acto heroico, le digo que no, que aguanto como una niña grande y subimos. En que hora... esas escaleras de caracol sin fin... el truenecito que desaparece cual exalación hacia el cielo... esa familia alemana preocupada por mi... pero llegué arriba. Es precioso, merece la pena subir por las vistas.

Al bajar, tienen a bien tener unos servicios limpitos. Casi no llego. Descansamos, bebemos, compramos recuerdos y mandamos una postal. Y nos dirigimos al interior de San Pedro. Con tanta gente que no se veia nada, ni la Piedad pudimos ver.

Salimos a los Museos Vaticanos, donde nos quedamos, además, a comer en la cafeteria. El museo es una maravilla, enorme. Pero tiene dos salas cerradas, la etnografica y la pagana (o algo así se llama). Aún así merece la pena verlo. Una maravilla de esculturas y pinturas. Mas el edificio que de por si, es una gozada.

Tras comer terminamos de revolotear por el edificio y salimos dirección fontana di ttrevi, plaza navona, plaza venecia, plaza de España y finalizamos con la popopuli.

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